Aprende cómo manejar el presupuesto familiar
Muchas veces la idea de ahorrar para invertir parece ser difícil de lograr, transformándose en una tarea casi imposible si se trata de destinar ese ahorro a invertir en una propiedad.
Según un estudio realizado por Coopeuch y la Universidad Mayor, el 55% de la clase media chilena dice que no ahorra “porque no le alcanza el dinero, pero espera hacerlo en el futuro”.
Sin embargo, ¿cómo sabemos que no nos alcanza el dinero? ¿En qué lo estamos gastando? ¿Podemos eliminar ciertos gastos? Estas y otras preguntas son la que Cristian Lecaros, CEO de Inversión Fácil, nos invita a hacernos para poder ordenar nuestros ingresos y egresos.
Lo primero a tener en consideración, según el experto, es que si pensamos en el ahorro familiar, lo ideal es que uno o dos miembros de este núcleo, completen al menos $1.500.000 líquidos en ingresos. De ese monto hacia arriba ya podemos ver un panorama más alentador en el caso de que nuestro sueño sea obtener una primera o segunda propiedad.
Al mismo tiempo, teniendo claros los ingresos y egresos del mes, podemos empezar a ordenarnos en nuestros gastos para poder así definir si somos o no capaces de ahorrar para invertir. Y ¿cómo lo hacemos?
Según Cristian Lecaros, lo óptimo es llevar las cuentas en una planilla Excel, y de no ser posible, un clásico cuaderno de anotaciones puede bastar para empezar a organizarnos.
A la semana, en el mes, incluso en el año, existen distintos tipos de gastos en los que incurrimos, y que debemos identificar, considerando los imponderables o imprevistos. Primero que todo hay que confeccionar un ranking de gastos por periodicidad:
- Gastos Recurrentes: Se refieren a los gastos básicos e imprescindibles para poder vivir.
Arriendo o dividendo de vivienda, Supermercado, Feria, Luz, Agua, Gas, Teléfono, Colegio, Transporte, Bencina, Peluquería, Créditos, Tarjetas bancarias y de casas comerciales, Seguros, etc. Es decir, en este ítem se deben incluir TODOS los gastos que no podemos ignorar. - Gastos por Frecuencia: Son gastos que si bien no son frecuentes, se reparten dentro de algunos meses del año.
Acá es necesario registrar los gastos que son una o más veces al año pero que se distribuyen en distintos meses, como la Navidad, el Año Nuevo, los Cumpleaños, Útiles Escolares, Matrículas, Permisos de Circulación, Revisión Técnica, Cambio de Aceite del automóvil, salidas a Restoranes, Pubs, Conciertos, Vacaciones de Invierno, Verano, etc. - Gastos Menos Recurrentes o Imprevistos: Enfermedades, ayuda a terceros o familiares, mantención del automóvil por algún desperfecto, arreglo de algún artefacto en el hogar, etc.
- Ingresos Extras: En este ítem entran dineros correspondientes a la devolución de Impuestos en el mes de Abril, además de trabajos independientes que pudiéramos hacer por horas, “pitutos”, ventas esporádicas, participaciones en empresas, etc. En definitiva, todos los que sean ingresos libres de impuestos.
Cristian Lecaros asegura que es necesario actualizar esta planilla de gastos de forma semanal, quincenal, mensual y anual, con el fin de tener un panorama mucho más claro. Una vez hecho este ejercicio práctico, sabremos diferenciar los tipos de gastos en los cuales estamos incurriendo y cuáles son los que probablemente no me están permitiendo ahorrar. Para esto podemos dividirlos en 3 según su importancia:
Las necesidades, los deseos y los caprichos
Por ejemplo, la Alimentación (Supermercado o Feria) es una necesidad imprescindible, un deseo podría ser ir a comer un plato especial a un restorán y un capricho sería cambiar las butacas del automóvil o comprar una joya. Otros gastos en los que podríamos economizar o derechamente eliminar, serían algún tipo de seguro o tarjeta de crédito, u optar por el transporte público en vez del automóvil. Unas vacaciones en otro país, sustituirlas por un balneario dentro de Chile, o cotizar un plan de salud más económico, podrían ser otras maneras de disminuir gastos.
Ahora que ya hemos registrado e identificado TODOS los ingresos y egresos, podremos saber qué ítem se podría eliminar o reducir y qué capacidad de ahorro tengo. “Para poder embarcarme en un proyecto inmobiliario, lo ideal es que mi capacidad de ahorro sea mínimo $100.000 mensuales, pensando en pagar un pie en cuotas de ese monto o ahorrarlo hasta juntar un pie completo. Una buena forma de ahorrar es por medio de los Depósitos a Plazo o Fondos Mutuos”, agrega Cristian Lecaros de Inversión Fácil. “Mientras más pie ahorras, más probabilidades tienes de ser considerado en una institución financiera, por ende, más posibilidades de crédito tienes. Los bancos consideran que si una persona vive con menos de lo que gana, será capaz de ser un buen pagador de un hipotecario”, concluye.