TERRENOS: UN REFUGIO PARA LOS AHORROS

En una economía que de a ratos se presume turbulenta, a veces el panorama en materia de inversiones no resulta muy claro. En un lado,están quienes prefieren vivir el día a día, adquiriendo todo aquello que les gusta para evitar que los ritmos cambiantes de la economía desvaloricen por completo los salarios y los ahorros. En el otro extremo, están quienes no ven en esta medida inmediata una solución, ya que se trata de vivir de manera permanente en el presente, a expensas de un futuro certero y firme. Ambas posturas son válidas y en general, no se presentan de forma pura pero sin dudas una de las mejores formas de invertir nuestro dinero y apostar por lo que vendrá es a través de la compra de terrenos: un refugio para los ahorros.

El rubro inmobiliario siempre funciona como válvula de escape cuando el panorama es incierto. La realidad es que el comprador nunca sale perdiendo: ya sea que el mercado crezca o empeore, la propiedad ya está en manos de los “adelantados”, quienes podrán disponer de ella según al conveniencia: podrán construir, vender, alquilar. Incluso en la actualidad, existen planes de financiación que fomentan la compra y sirven como puntapié para los indecisos.

Una de las claves al momento de hacer una compra tiene que ver con la ubicación. Y en este sentido, siempre es conveniente tratar de ser estrategas y tener visión. ¿El terreno que me ofrecen se encuentra en un lugar que tiene proyección a futuro? Seguramente, alguna vez habrás escuchado la clásica anécdota de algún conocido que manifiesta haber comprado ese terreno cuando nadie le daba “ni dos pesos” y hoy en día se encuentra en uno de los mejores barrios residenciales de la ciudad. Muchas personas se limitan porque dicen que jamás vivirían en ese sitio pero ni siquiera el hecho de comprar esos metros cuadrados nos obligan a plantar nuestra residencia allí: puede ser por ejemplo, un terreno ideal para un club deportivo o un vivero. Esta alternativa es la mejor para aquellos que no tienen problema en “aguantar” un período de tiempo y esperar que el barrio “florezca”.

Pero aquellos que buscan el retorno de la inversión en un plazo no muy largo, entonces pueden adquirir un terreno pero mucho mejor si se trata de un barrio que ya esté consolidado y que no necesite de ningún Colón que descubra América. En la alternativa anterior, si se decide no esperar y se desea vender el terreno, es probable que la diferencia en ganancia no resulte interesante.

Como dice el dicho, “la suerte está echada”, sólo resta tomar una decisión. Quienes buscan tranquilidad a posterior, ya saben cuál es el mejor rumbo que pueden darle a su dinero, en un mar económico que presenta un oleaje fuerte: los terrenos ofrecen esa tierra firme que necesitamos para respirar cuando nos estamos ahogando.

Fuente: http://www.sergiovillella.com/